Tenerife no solo significa playas y sitios bulliciosos, también contiene historia, naturaleza y espacios donde los que buscan tranquilidad, la hallan de la mano con la historia y la cultura. No pierdan la oportunidad de visitar los pueblos más pintorescos joyas de la historia y sus rasgos particulares:
– Igueste de Candelaria: En este lugar pintoresco la gente mantiene un culto arraigado a la Virgen de la Candelaria, desde que era un pueblo ganadero recién instalado. Su arquitectura antigua y su aire tradicional es una buena manera de dejar el bullicio de las ciudades.
– Caserío de Masca: Ubicado en Buenavista, sobre cada espacio donde se pueda construir sobre las montañas, poco conectado con otras localidades por una única vía; este lugar ha conservado su patrimonio arquitectónico y muchas de sus antigüedades como sus edificios o pinturas rupestres cerca del asentamiento. El Barranco de Masca también ofrece una vista majestuosa del paisaje y la posibilidad de practicar senderismo.
– Aripe y Chirche: Un pueblo que aún conserva sus antiguos edificios de los siglos XVIII y XIX, ahora restaurados y acondicionados como alojamientos rurales. Al igual que en otros sitios, la base de la economía era la ganadería, por lo que las instalaciones agrícolas y ganaderas abundan para adornar el paisaje. El Día de las Tradiciones es lo más imperdible; la gente representa los usos y costumbres de hace 300 años durante la cuarta semana de julio.
– La Hoya: Uno de los primeros asentamientos de San Miguel de Abona, y prácticamente despoblado; el lugar ideal para tener contacto con la tranquilidad de la intemperie y conocer la historia de Tenerife. Abundan por el terreno montañoso los caminos de piedra y los cultivos bañados en ceniza volcánica, un paisaje montañoso que combina la belleza natural y una arquitectura rústica de sus viviendas convertidas en alojamientos.
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